El regreso de Huenchulaf

Un atado de crónicas desesperadas

jueves, abril 20, 2006

La increíble historia del Hombre Radiactivo

Sin querer, el chileno Miguel Ángel Fuentes pasó a la historia de la medicina mundial. Lleva cuatro meses internado en el hospital militar de Percy, en Clamart, surburbio de París, sometido a un exigente tratamiento para controlar los efectos de una contaminación radiactiva.
El joven de 26 años, oriundo de Quillón, trabajaba en Echeverría Izquierdo, empresa contratista que construye la planta de celulosa Nueva Aldea, de Celco, en la Región del Biobío, y el 15 de diciembre pasado estuvo expuesto a iridio 192, que en palabras del diario La Cuarta es un "elemento onda nuclear ultra brígido". En realidad es un material usado en la industria para obtener radiografías de soldaduras.
Las lesiones que sufrió en su mano y glúteo izquierdos eran tan graves que tuvo que viajar a Francia para tratar de sanarse. Fuentes ha soportado ocho operaciones y pasa por periodos de depresión debido a su estado.
El caso inevitablemente recuerda accidentes radiactivos que ha nutrido a guionistas, productores y creativos de los medios masivos. Pero el calvario de Fuentes es tan dramático -dice que sufre dolores insoportables- que resulta grotesco compararlo con la planta nuclear de Springfield, de la serie animada Los Simpsons.
Para la ciencia europea, el padecimiento de Fuentes ha servido de conejillo de indias. Hasta ahora, los médicos galos evitaron la amputación de la pierna comprometida, única salida para este tipo de accidentes hasta ahora.