El regreso de Huenchulaf

Un atado de crónicas desesperadas

viernes, marzo 31, 2006

Esperando la sentencia alimenticia


Básicamente, la historia de Marcela Rojas es triste. Murió a mediados de enero postrada en su cama y con escasos movimientos porque no se podía los 300 kilos que pesaba. Un paro caridiaco obligó a confeccionar un ataúd especial y bomberos de San Pedro de la Paz tuvieron que sacar los restos a través de una ventana del departamento del que Marcela no había salido hacía un año.
El asunto no terminó con el fallecimiento de la mujer de 37 años. Sus hijos Génesis, Ezequiel, Aracelli y Leslie, de 2, 3, 11 y 17 años, tienen síntomas evidentes de obesidad mórbida y su padre, Tomás Saavedra, no quiere tratamiento para ellos porque cree que son enviados divinos y con poderes sobrenaturales. Por lo tanto, su fortaleza estaría en las adiposidades.
Según el Servicio de Salud de Concepción y el Servicio Nacional de Menores, los niños lo único que tienen es gordura y para salvarlos de una muerte segura, como la de su madre, necesitan someterse urgente a una estricta dieta.
Hasta ahora, la audiencia propuesta por el Ministerio Público no se ha concretado. De resultar y de salir adelante la idea oficial, sería la primera vez en la historia del país que la justicia le prohiba comer frituras a cuatro menores de edad. Más aún, sería la primera vez que un tribunal en vez de dictar sentencia, dicte una dieta alimenticia.

El banquete argentino



Los argentinos retroalimentan su pasión por el fútbol gracias a una millonaria industria que mueve diarios y programas de televisión y radiales. Por ejemplo, la consultora Equis, de Buenos Aires, publicó esta semana un estudio en que derriba el principal mito del balompié trasandino: Boca no es la mitad más uno de los argentinos.

Tres años duró la investigación que asegura que el 40 por ciento de los argentinos es simpatizante del cuadro oro y cielo; mientras que River logra el 33 por ciento de las preferencias. Más atrás en la lista está el resto de los llamados grandes: Independiente, Rácing y San Lorenzo de Almagro.
Por cierto que hay decenas de clubes que ni siquiera aparecen mencionados, pero no signifca que no tengan hinchada ni historia. Esta semana también descubrí un programa titulado El Aguante, por TyC, referido a las barras. En ese contexto apareció un sujeto llamado camilo quien se declaró hincha fanático de Ben Hur.
Consultado por el cinematográfico nombre, dijo que fue fundado a fines de los años cincuenta y que se debió a que uno de los ideólogos había quedado encantado con la película de William Wyler.
"Por suerte no vio Lo que el Viento se llevó", broméo Camilo ante las cámaras. "El nombre es exacto porque se trata de un gladiador poderoso y que vence con esfuerzo", recalcó.
No sólo eso, reconoció con cierta vergüenza que su madre le pica el papel que lleva a la cancha y que además le confecciona gorros, banderines y lienzos con leyendas del tipo "Gracias papá por esta herencia". "Yo me encargo de las instrucciones y ella es muy aplicada", afirmó ya sin vergüenza.
Si de nombres raros se trata, en Argentina hay por montones. Tiro federal, de Rosario, juega en Primera. Defensa y Justicia y Comisión de Actividades Infantiles, Cai, de Comodoro Rivadavia, participan en el Torneo Nacional B. Este último casi representa a la patagonia y tiene una barra brava llamada Los Chilotes.