El último cordero
Comer cordero, en algunas zonas de Chile, especialmente en el centro, se ha convertido en una suerte de estrategia gastronómica-preventiva para evitar dolencias posteriores. El vino tinto y la hora de la ingesta son factores a considerar. A muchos, el cordero les cae mal, por lo grasoso, por la contundencia de su sabor.
Este fin de semana, un accidente doméstico puso en el tapete este tema, otra vez. Juan Díaz Castro, de 69 años de edad, era el encargado de matar al cordero que se convertiría en el asado que animaría esa noche, la del sábado, en su casa de la población José Miguel Carrera, de Talca.
Tras aplicarle estocadas claves, el animal agónico se resistía a morir. Con su súper cuchillo, ultra afilado, Díaz se aprestaba a darle el "tiro de gracia". Con la última dosis de energía, el cordero estiró una de sus patas y le pegó a su verdugo, quien cayó al suelo y se enterró el cuchillo, su cuchillo.
De todas maneras, la Fiscalía ordenó investigar más detalles por el riesgo de que la puesta en escena no tiene nada que ver con el cordero.